Ya lo mencionaba el director del Jazz Tour, Philippe Pinet, en la conferencia de prensa realizada con motivo de la presentación del 2ª edición del Festival, cuando junto a las autoridades de la Ciudad, se refería a la necesidad de reafirmar la situación estratégica de Montevideo y el hacer de ella el epicentro, el punto de encuentro y distribución, del hecho cultural y del movimiento jazzístico de la región. Igualmente, mantener una actividad – permanente – que la posicione como punto obligado y referencia del Jazz y las distintas fusiones, estilos y subgéneros, derivados de la diversidad y mezcla cultural que nos identifica. A eso, agregarle el necesario intercambio que se logra con la presencia en la región de diferentes artistas extranjeros y sus propuestas sui generis, de gran factura y, con la diversidad necesaria para que estén presentes durante todo el año, al menos una buena parte de toda la oferta musical de Jazz y músicas del mundo (nuevas tendencias, conexos) que forman parte del movimiento actual en el mundo. Montevideo tiene todas las condiciones tanto, a nivel de salas, técnicos y logística como de la infraestructura establecida, hotelera, gastronómica, tecnológica, de movilización y aeropuertos (probadas y comprobadas – en múltiples congresos, encuentros y conferencias internacionales, que tienen al país y su capital como sede – a los que solo les falta, un “toque” de continuidad) para que, una organización como el Jazz Tour, con el apoyo de empresas, el aval de instituciones privadas y estatales con la asociación de las embajadas y representaciones acreditadas en el país (que generaría un retorno político, corporativo o económico evidente), y el esperado protagonismo que se espera de los medios – televisión y radio especialmente – planifique en conjunto con otras organizaciones similares de ciudades de la comarca, una ruta auto-sustentable, un programa coordinado – de intercambio e integración artístico-cultural – que, permita el acceso, la llegada como dijimos, de exponentes universales singulares como diferentes y, sirva para incentivar el desarrollo de nuevas propuestas en torno al jazz y sus distintas como dinámicas manifestaciones, proponiendo la unión con nuestros vecinos naturales (Brasil, Argentina, Paraguay, Chile) y los cercanos (Colombia, Venezuela por ejemplo) propiciando la lógica reciprocidad que genere crecimiento y oportunidades.
Lo que antecede, que por cierto espera por su implementación es, en gran parte, una vieja aspiración del director del Jazz Tour y que, también, hace pocos años atrás se intentó pero, no pudo cristalizar por diferentes problemáticas regionales que tuvieron lugar.
Segunda edición. Esta segunda edición del Festival de Jazz de Montevideo, tuvo como eje, como concepto creo, manifestaciones distintas, singulares de las llamadas vanguardias. Las sedes de los conciertos fueron el Teatro Solís y la Sala Zitarrosa de Montevideo.
Así vimos en el cartel y, oportunamente en escena, propuestas en las que, con independencia de su procedencia, salvo mínimas excepciones, todas tuvieron una particular singularidad en sus proposiciones. Todos merecen mi reconocimiento y mi atrevimiento en el puntaje. Así fue:
D´3 Trío (España). Jorge Pardo, saxos, flauta; Francis Pose, contrabajo y José Vázquez "Roper", batería.
Tres instrumentistas del más alto nivel que son capaces de llevar la música a una fascinante dimensión, en la cual se unen jazz y flamenco. 10 puntos
Federico Britos Cuarteto (Uruguay).
La noche del jazz tradicional - Baladas, boleros y swing.
Domingo Roverano, batería; Diego Goldzstein, piano y Alfonso Santini, bajo.
Con la fineza del violín del Britos, un viaje por composiciones de Ellington, Gershwin, Cole Porter y otros. Britos inició su relación con el violín a los cinco años de edad y continúa hasta hoy con una soltura que lo lleva de la composición a las ejecuciones clásicas y el jazz, con una sólida reputación aquilatada en festivales internacionales. 8 Puntos.
Una formación – conveniente – pero, no convincente a pesar de los altos kilates de Britos y, la calidad en alza constante de Goldstein en el piano.
Ensamble de Jazz Gitano (Uruguay).
La noche del Jazz Gitano del Quinteto del Hot Club de Francia
Ángel Varela Rey, guitarra solista y dirección; Edison Mouriño, violín; Jorge Fonseca, guitarra rítmica y Pablo Arellano, contrabajo. Músico invitado: Olivier Coste. 9 puntos
Muy buena la performance como la propuesta. Si bien comenzaron un tanto fríos, enseguida lograron atemperar el ambiente y, con mucho ritmo y sencillez lograron la aprobación del público y minimizar la diferencia técnica, quizás, que pudiera apreciarse al comparar los interpretes al final. Jazz gitano – con gusto criollo – y con criterio. Buen trabajo!
Angelo Debarre & Ludovic Beier Trio (Francia).
Ludovic Beier, acordeón; Tchavolo Hassan, guitarra rítmica y Angelo Debarre, guitarra. El virtuoso guitarrista manouche, el más representativo del estilo de Reinhardt, junto a su trío con al acordeonista Ludovic Beir, responsable del actual revival del instrumento, nos llevan a un viaje de puro swing. "Su técnica es fenomenal y muy personal", escribió Fred Loizeau en French Guitar, elogiando el uso constante que Debarre hace del meñique de su mano izquierda y de su vitalidad al improvisar. 10 puntos.
Excelente, magnífica demostración de técnica y ejecución pero…por momentos lucieron reiterativos y “fríos”, especialmente Debarre, no así el carismático acordeonista Beier. Jazz francés acústico del mejor.
Banda Sinfónica de Montevideo y Federico Britos - (Uruguay).
Dirección: Miguel Pose. Arreglos: Roberto Giordano y Gregorio Bregstein.
Clásicos del jazz interpretados por la Banda Sinfónica, que reúne varios de los mejores músicos uruguayos del género. 8 puntos.
Livio Minafra, piano solo - (Italia).
La noche de música contemporánea, con músicos jóvenes europeos.
Reciente ganador del premio italiano Top Jazz, en la categoría best new talent. 9 puntos.
"Impetuoso" y de una "sólida estructura formal", el joven virtuoso del piano propuso sus juegos infantiles revisitados musicalmente. Necesariamente diferente, por momentos muy divertido pero, es el eterno debate, ¿hay que hacer música para uno mismo o para la audiencia?
ONJ de Paris (Orchestre National de Jazz de Paris).
Una agrupación pensada para reunir una decena de talentosos multi-instrumentistas emergentes, ávidos de exploraciones sonoras colectivas. 10 puntos.
¿Es más auténtico tocar para sí? ¿Qué es ser auténtico? Nos preguntábamos cuando los solistas encaraban sus improvisaciones. ¿Es necesario que no te importe quien te escucha? ¿Busca el músico auténtico la más pura alienación? Reflexionábamos cuando de una excelente interpretación vocal y grupal, individualmente sonaban como dos grupos disímiles. Como sucede en ocasiones con el arte vanguardista o, los vanguardistas y, dicho en "criollo" que no es lo mismo que en "lego", pero se vale: ni siquiera ellos saben que es lo que hacen!...
Qué pasaba en esos momentos por la cabecita de mi buen amigo Enrique H.?
Carme Canela Sexteto: "Sencillos deseos - Canta a Gioconda Belli".
Gorka Benítez, saxo, flautas; David Xirgu, batería; Guillermo Klein, piano; Ben Monder, guitarra y Matías Méndez, bajo.
Considerada una de las voces más valiosas del jazz español, fue la intensidad y la sensualidad
en los versos amorosos de la poeta nicaragüense Gioconda Belli, los que la llevaron a armar este espectáculo. 10 puntos.
Excelente puesta en escena, interpretación y ejecución musical. Con independencia de que, en lo personal, no comulgue con la poesía musicalizada…las armonías e improvisaciones y la voz, me lo disimulaban.
Steve Cárdenas Trío - (EEUU).
Daniel Maza, bajo; Osvaldo Fattoruso, batería y Steve Cárdenas, guitarra.
El brillante académico y guitarrista norteamericano, que inició su carrera en Kansas City y terminó siendo parte de la comunidad jazzística neoyorquina. 10 puntos.
Por la idea y, para la organización – incluyendo los workshops – merecidos, 12 puntos. (JR)
Foto: Jorge González
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