Con mucha frecuencia en la bibliografía de distintas publicaciones, se observan nombres y autores que, además de repetirse y reiterarse como fuente de información en innumerables ediciones, estas obras – debido a la época en que fueron escritas – están prácticamente “desaparecidas” en nuestros días. Cuando por azar o por una eventualidad se tropieza con uno de estos raros ejemplares, la Polilla jazzera que uno lleva por dentro, sabe que el “alimento” en estos casos consiste en conservar ese material y, dado la importancia del tratamiento dado al tema desde la perspectiva histórica, la conveniencia de revisitarlo y compartirlo. De eso se trata. Otra mirada, a partir de aquella mirada. (JR)
Continuación (…) Afirma el crítico Henry Osborn Osggod que el “honor” de haber empleado, por primera vez el saxófono, corresponde a Art Hickman – a quien también se adjudica la creación del “jazz” melódico o comercial, aunque desde luego que erróneamente – a pesar de que el mismo año en que dicho director lo utilizaba en su agrupación del St. Francisco Hotel, de San Francisco, en 1914, lo usaba también George Olsen. Desde luego que ninguno de estos dos líderes tiene nada que ver con el “jazz”. Anotemos de paso, que los saxofonistas de Art Hickman eran Clyde Doerr y Bert Ralton.
En las bandas de los menestrales, el instrumento creado por el músico belga era común, de manera que es muy probable que los negros lo hayan empleado antes que esas agrupaciones. Y existen pruebas en tal sentido.
(…) En cuanto se generalizó el empleo de los saxófonos en las orquestas sincopadas, varios tradicionales conjuntos que cultivaban las maneras de Luisiana alteraron su vieja instrumentación, dando cabida a la creación del músico belga.
(…) Mientras tanto, a medida que aumentaba el número de los miembros de la sección melódica de las orquestas de “jazz”, los estilos y las escuelas iban evolucionando, desarraigándose ambos, cada vez más, de los castizos fundamentos afro-estadounidenses de Nueva Orleáns y abandonándose la polifonía horizontal, típica de Luisiana, en beneficio del “ensemble” preconcebido y arreglado.
Los saxófonos se construyeron en seis registros distintos: sopranino, soprano, alto, tenor, barítono y bajo, por lo común en las tonalidades de Si bemol y Mi bemol. En el “jazz”, los registros preferidos, en razón de la flexibilidad de sus voces, son el alto y el tenor, aunque también se emplean el soprano, en el cual Sidney Béchet es un maestro inigualable; el barítono, manejado a maravilla por Harry Carney, de la orquesta de Duke Ellington, y el bajo, cuyo “astro” ha sido, durante mucho tiempo, Adrián Rollini.
(…) Poco a poco, pues, de los seis o siete instrumentos que componían la primitiva orquesta de “jazz” – corneta o trompeta, trombón, clarinete, piano, guitarra o banjo, contrabajo o tuba y percusión – formación ésta que quedó aceptada como clásica, el número de miembros fue creciendo hasta llegar a la actualidad, en que hay agrupaciones que cuentan con cinco saxófonos, cinco trompetas, cinco trombones, y cuatro elementos en la sección rítmica.
El cuerpo de estos organismos numerosos – que, desde luego, ya no practican la improvisación sino en breves y determinados pasajes de una interpretación, y se ven, además, obligados a reemplazar ese importante recurso del “jazz”, por los arreglos, con el objeto de “mantener el orden”, siendo sus ejecuciones cuidadosamente ensayadas y convenientemente preconcebidas – no involucra dos secciones, como el de los pequeños, sino tres, pues el sector melódico se subdivide en sección de metales o bronces (brass section), integrada por trombones y trompetas y, sección de maderas o cañas (reed o woodwind section) constituida por saxófonos y clarinetes. La sección rítmica o “rhytm section” incluye cuatro miembros: piano, contrabajo, guitarra y percusión. Agreguemos que la guitarra con amplificador o “guitarra eléctrica” reemplaza frecuentemente a la común. (…)
Tomado de: “Estética del Jazz” de Néstor R. Ortiz Oderigo / Ricordi Americana, Buenos Aires, Argentina, 1951
Foto: Art Hickman's New York London Five
Próxima entrega: Africanismo del Jazz
No hay comentarios:
Publicar un comentario