Sin lugar a dudas Juan Sebastián Monsalve es uno de los grandes innovadores de las nuevas generaciones de la música colombiana. Desde sus inicios al lado de la agrupación María Sabina, Monsalve se mostró como un compositor que se la jugaba por expresar ideas poco convencionales. Desde el lenguaje del punk, la música clásica del norte de la India, los currulaos, la cumbia, el vallenato y la champeta, el bajista decantó un sonido extraño y sugerente como lo ha sido durante más de diez años Curupira, quizás el proyecto con el que más reconocimiento ha obtenido.
Productor y arreglista de proyectos tan diversos como 1280 Almas, Cabas, Victoria Sur, Kraken y Cuatroespantos, entre otros, este aventajado músico también se involucró en los terrenos del jazz desde muy joven. De hecho en 1993, con la composición "Diez piezas para cuarteto de jazz", ganó la beca "Francisco de Paula Santander" otorgada por Colcultura. Ocho años más tarde, siguiendo las sendas del jazz grabaría Bunde nebuloso, un disco esencial en la breve historia del jazz en Colombia que tiene en Juan Sebastián Monsalve uno de sus creadores más activos.
Paralelo al trabajo con el ensamble electrónico-vocal Comadre Araña -con quienes estrenó disco en 2008-, Monsalve tuvo tiempo para madurar un poderoso trío de jazz junto a la pianista Adriana Vásquez y el baterista Pedro Acosta.
Enfrentados a uno de los formatos más difíciles del género, este trío hace gala de una impecable interpretación que recorre viejas piezas como “Las Plazas” (grabada hace unos años por Victoria Sur) y “Yuma en Guagua”, editada originalmente en Bunde Nebuloso.
Raga que Zumba es un disco que a través del jazz hace un recorrido por músicas insospechadas como las sabaneras (“La turca vallenata”, “La puya rota” y “Lo se las siete sale sol”) y otras provenientes de los llanos colombo-venezolanos como lo es el caso del corte “Raga que zumba”, un genial encuentro que, conducido por la misteriosa voz de Anandita Basu, permite el cruce entre el zumba que zumba (aire tradicional de los llanos) y las ragas indias.
El viaje que propone Monsalve evoca un estilo de jazz alejado de fórmulas trasnochadas y se logra ubicar en su tiempo tal cual lo podemos percibir en “El madrugón”, “El trébol” y “Sombra”; la única licencia clásica que se permite el trío es la sorpresiva versión de “Coqueteos”, composición de Fulgencio García que acá se renueva, toma, en definitiva, rumbos contemporáneos.
Raga que zumba viene a engrosar la discografía de jazz colombiano que día a día crece en forma y estilo.
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